La existencia de los contratos condicionados no es nada nuevo, “si pasa esto, hacemos esta operación” es algo más común de lo que creemos. Incluso en nuestro día a día realizamos esta afirmación, “Si encuentro esta prenda por este precio lo compro”. La novedad de los contratos inteligentes es que son capaces de ejecutarse por sí solos. Los firmantes de los mismos solo tienen que poner las condiciones, y si se cumplen, automáticamente, sin intervención de una nueva voluntad, la de perfeccionar el contrato, se ejecuta.
Hace algunos años era imposible pensar que estos contratos se regularan de forma automática, aun cuando ya existía la idea desarrollada por el criptógrafo Nick Szabo hace unos 20 años, no existía la plataforma tecnológica para coordinar y elaborar estos documentos en un sistema controlado. Hoy en día sin embargo los contratos inteligentes han empezado a implementarse gracias a las criptomonedas y especialmente a Bitcoin y a la tecnología de cadena de bloques o blockchain.
La razón de la viabilidad de estos contratos es la utilización de dinero programable, una característica propia del Bitcoin y de otras criptomonedas. Se puede definir entonces el contrato inteligente como un acuerdo entre dos o varias partes regulado y controlado de forma automatizada, es decir tiene la capacidad de ejecutarse y hacerse valer por sí mismo, utilizando información programable para adoptar medidas resolutivas acordadas previamente, sin la necesidad de la intervención humana.
Si bien es cierto que todos los contratos deben estar regulados según el código civil español, hay aspectos referentes a su elaboración que muchos desconocen, incluso el derecho de la interpretación, sin embargo, los contratos inteligentes tienen la particularidad que, al estar controlados de forma virtual por un programa, son menos dependientes a la interpretación, lo cual desde un punto de vista justo, los convierte en documentos más confiables y equilibrados.
Por ejemplificar un poco más. En un contrato condicionado tradicional, se requiere que las partes expresen su voluntad dos veces. La primera cuando llegan al acuerdo condicionado, y la segunda cuando se cumple esa condición, las partes nuevamente tienen que tener la voluntad de cumplir lo pactado. Obviamente, si todo es correcto, el contrato se ejecuta sin más. Sin embargo, el problema viene cuando una parte piensa que no se ha cumplido todo o parte de la condición, lo cual lleva al problema de la interpretación.
Con el contrato inteligente se salva esta este escollo, ya que las partes tienen que fijar una única vez sus condiciones, en el momento de expresar las condiciones de ejecución, y si se cumple, automáticamente el contrato queda cerrado.
Este tipo de contratos están siendo utilizados, principalmente, en el mundo financiero e inversor, pero se prevé que cada vez más, sobre todo las empresas, utilicen esta operativa en sus operaciones mercantiles, ya que hay una tendencia progresiva de crecimiento de uso de monedas virtuales, y muchas empresas aceptan Bitcoin como método de pago.
Es altamente probable que en un futuro bastante cercano podamos estar hablando de contratos inteligentes para operaciones como:
Préstamos: Utilizando como datos las garantías de la propiedad y que claves digitales se activen automáticamente cuando el deudor no cumpla con el plazo de los pagos.
Depósitos en garantía para transacciones virtuales y compras en internet: Actuaría como intermediario en operaciones de compra venta protegiendo los intereses de ambas partes, en general el comprador depositará en la cuenta del contrato y se activan las cláusulas de cumplimiento del vendedor el cual una vez finalice la transacción y cumpla con su servicio verá liberado sus fondos de forma automática.
Control de gastos: El dinero programable como lo es Bitcoin podría controlarse para diversas ventajas en cuanto a la liberación de fondos de empresas privadas y gubernamentales, con la idea de supervisar y administrar el gasto, de tal forma se pueden establecer parámetros como fechas de uso, ubicación geográfica o cantidades límites con las que se pueden operar, una forma interesante contribuir a en contra del fraude y la corrupción.
Herencias y donaciones: Se puede programar el contrato para que las herencias se ejecuten de forma automática, cuando el contrato se activa por el fallecimiento de una persona automáticamente se reparte sus bienes según lo que pudo establecer en testamento o lo que establece la ley.
Desde Tic Segura investigamos este tipo de contratos para asesorar a personas y empresas interesadas en la inversión de activos a través de esta modalidad, evitando así la desventaja del desconocimiento por parte del cliente de este tipo de contratación.
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